Concerto em sol maior de Ravel: 2º mvto, Adagio assai

Bem, ficarei fora da cidade e desconectado durante o fim de semana. Deixo com vocês o belo tema do movimento central do Concerto para Piano e Orquestra em Sol Maior, de Maurice Ravel. O tema foi esplendidamente utilizado por Alejandro González Iñárritu em Biutiful, filme que acabo de ver. O filme não é tudo isso.

A interpretação abaixo é de Hélène Grimaud, um dos símbolos sexuais e culturais deste ínclito blog, estrela deste Porque Hoje é Sábado e a maravilhosa pianista deste post dominical. O regente é Vladimir Jurowski e a orquestra deve ser a Chamber Orchestra of Europe, calculo.

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~o~

Futebol (notícia de agora):

Inter acaba de contratar Fernando Cavenaghi. Leia aqui. E, abaixo, alguns de seus gols. É um jogador divertido.

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Mistureca dominical: Schubert, Brendel, Vivaldi, Bartoli, Bach, Koopman

Hoje, só gente legal e simpática.

Primeiro, o Impromptu Nº 3 de Schubert, uma das peças mais famosas do homem para qual a vida valia a pena por causa do vinho, das mulheres e da música, nesta ordem. Alfred Brendel, imenso e querido pianista recém aposentado, é o intérprete.

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Aqui, Cecilia Bartoli, que, segundo ela, já nasceu cacarejando, dá um show junto com Il Giardino Armonico de Giovanni Antonini na ária Anch’il mar par che sommerga da ópera Bazajet (1735), de Antonio Vivaldi.

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Como eu disse, hoje é o dia de gente simpática, daquele tipo que dá entrevistas fantásticas para nossa diversão. E eu não poderia deixar de fechar o post senão com o esquisitão e brilhante Ton Koopman, de quem ouvi anteontem a melhor gravação da Sinfonia “A Reforma” de Mendelssohn que se possa imaginar — gravação pirata, roubada de um concerto dado no auditório da Rádio Estatal da Finlândia (Helsinque) e capturada pela Grande Rede. A música é célebre Ária na Corda Sol, segundo movimento da Suíte Nº 3 de J. S. Bach.

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E um bom domingo a todos!

P.S. — Quando Alfred Brendel encerrou sua carreira, eu não publiquei nenhuma notinha aqui no blog. Lamentável. Então, como um pedido de desculpas que ele nunca verá nem entenderia, publico duas de fotos que gosto muito. A primeira, com sua gata, Minnie.

Só Brendel me faria publicar uma foto de gato neste blog cachorreiro e hostil a tais bichanos. E a próxima foto é emocionante. É o pianista no túmulo de Schubert, ou seja, o compositor e seu maior intérprete.

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A incrível Simone Kermes em árias de Hasse, Händel e Broschi

Nascida em Leipzig, a sensacional soprano de coloratura Simone Kermes dá toda a impressão de ser uma latina bastante doida. Ainda mais cantando em italiano. Muito entusiasmada e com uma relação visivelmente feliz com a música, parece que foi retirada do blog PQP Bach, o qual abriga um bando considerável de malucos. A especialidade da alemã são as óperas clássico-barrocas, principalmente as de Mozart e Händel. Quem me apresentou foi minha mulher. Simone Kermes (seu nome é pronunciado Zimone Kermas) parece, até pela postura e pela forma com que dança e marca o ritmo, estar cantando música popular. Confira abaixo esta tremenda cantora.

No primeiro filme, a ária começa aos 2min20. Nos outros dois, entre direto. Vale a pena assistir.

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Você nunca lerá esta notícia na grande imprensa brasileira

Publicado em 22 de agosto de 2007

Prova de que nem só de esportes vivem os bons programas sociais… Publicado hoje no EL PAIS e garimpado por Helen Osório.

La orquesta milagrosa

Tienen entre 14 y 26 años. Salieron de la calle y se apartaron de la delincuencia gracias a la música. El domingo pusieron en pie al exigente público de los Proms de Londres en una actuación apoteósica.

LOURDES GÓMEZ – Londres – 21/08/2007

“Fantástico”. “Soberbio”. “Nada igual”. “Deben volver”. La audiencia del concierto Proms número 48 (cita obligada de la música clásica en los veranos londinenses) no daba crédito al espectáculo que acababa de presenciar en el Royal Albert Hall. La noche del domingo, jóvenes y mayores salían del auditorio intercambiándose elogios. Fuera arreciaba la lluvia, pero muchos aguardaron en cola para saludar a las estrellas de la velada, el director Gustavo Dudamel y los 150 músicos de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar. Los artistas cautivaron al siempre difícil público del más longevo y reputado de los festivales musicales del Reino Unido con un torrente de emoción, pasión y buen humor.

“Fantástica interpretación. Tocan con increíble entusiasmo, emoción y sentimiento. Y cosa rara en las grandes orquestas, estos chicos disfrutan tocando”, exclamaba Martin Dell, asiduo de los Proms. Bob y Martha Hanrott nada hacían para disimular su entusiasmo por el pelotón de artistas, veteranos intérpretes pese a su corta edad: el más joven tiene 14 años, y los mayores, incluido el director, 26.

La pareja británica vestía sendas cazadoras con el estampado de la bandera venezolana que los miembros de la orquesta lanzaron al público. Lo hicieron en un arrebato de histeria colectiva, al final del tercer y definitivo bis del concierto. Hasta entonces, y durante unos 20 minutos, el público aplaudió hasta rabiar, se puso en pie, y taconeó con fuerza el suelo del Albert Hall. Es una costumbre que los promers -los más fieles seguidores del festival- sólo ejercitan en contadas ocasiones. “Nunca había presenciado una reacción semejante”, aseguraba la publicista de la BBC, organizadora del centenario evento. “He visto respuestas entusiastas, pero nunca a este nivel”, escribía ayer el crítico del diario The Telegraph David Fanning.

Fanning se refería en concreto a la interpretación de la Sinfonía número 10 de Shostakóvich, que abrió el concierto. Descrita por el compositor ruso como “un retrato musical de Stalin”, la pieza fluye como un río de encontradas emociones que Dudamel transmitió con delicadeza, paciencia y energía más propia de un rockero que de un director de música clásica. “La emoción y energía de los muchachos es especial. Aman la música. Es imposible no conectar con ellos”, reconocía Dudamel después de la actuación.

La Sinfónica Simón Bolívar lleva unos 10 años tocando con su actual composición. Es el fruto más jugoso de un extraordinario programa social (el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela) fundado por el visionario José Antonio Abreu y auspiciado por los distintos gobiernos venezolanos desde mediados de los setenta. Conocido por su abreviación, el Sistema recluta a sus miembros entre los niños de la calle y adolescentes sin recursos económicos. De una Orquesta Juvenil de 11 músicos, que debutó en febrero de 1975, ha crecido hasta reunir bajo su órbita a 250.000 menores, con unas 200 orquestas en todo el territorio venezolano.

“Utilizamos la música como herramienta de rescate de la niñez y la juventud, para apartarlos de la droga y el crimen. Dedican sus horas libres a hacer música y aprenden valores que no encuentran en casa, en la calle, en la televisión”, explica en Londres Valdemar Rodríguez, subdirector ejecutivo del Sistema. Entre los valores menciona el trabajo en equipo, la solidaridad, la meritocracia y el esfuerzo personal.

“Entré en el Sistema con cuatro años. Aprendí a tocar el violín y, con 13, me decidí por el clarinete”, cuenta Rebeca Ascanio tras su debú con la Simón Bolívar en los Proms. Tiene ya 24 años y da conciertos en el extranjero desde los 17. “Estos chavales se divierten tocando y el placer que sienten al interpretar una pieza les ayuda a superar los inevitables nervios y la tensión de una actuación frente a una nueva audiencia”, reconoce Rodríguez.

No sólo los aficionados valoran la iniciativa del maestro Abreu. Simon Rattle, director de la Filarmónica de Berlín, la considera “un milagro” y el horizonte hacia el que debe aspirar “la música de todo el mundo”. “No sólo se trata de una cuestión de arte, sino de una profunda iniciativa social. El Sistema ha salvado muchas vidas y continuará salvándolas”, ha comentado el maestro de la batuta y abanderado de Dudamel.

Plácido Domingo lloró al escuchar a la Simón Bolívar. Pavarotti y Montserrat Caballé también apoyan el programa. Y, entre otros, Claudio Abbado es un asiduo director invitado a las sesiones del Sistema.

El programa exporta su metodología fuera de Venezuela, ayudando a montar experiencias similares en una veintena de países. Las redes del Sistema se sienten en prácticamente toda América Latina y algunas regiones europeas. Una localidad de Escocia acaba de solicitar ayuda a los veteranos venezolanos. No les faltan recursos humanos puesto que el Sistema se nutre de una red de profesores, maestros y ejecutivos que años atrás formaron parte de las orquestas infantiles y juveniles.

“Yo fui un niño del Sistema”, recuerda su actual vicedirector ejecutivo. Rodríguez tocó con la que el llama la “vieja” Simón Bolívar. “La nueva”, dice en referencia a la que dirige Dudamel, “tiene más nivel, trabaja más y suena mejor”. “Cada chaval ensaya unas tres o cuatro horas diarias con su orquesta y muchas más por su propia cuenta. Por otro lado, cada niño recibe al menos una hora de clase individual con un profesor”, explica.

Rodríguez asegura que todos los gobiernos invierten “cada vez más” en el Sistema. La subvención estatal ronda hoy en torno a los 75 millones de dólares pero, según admite su vicedirector, “siempre necesitamos más”. La ayuda debe cubrir el mantenimiento de los núcleos de las distintas barriadas, los instrumentos, las 200 orquestas y las becas que se reparten entre los más necesitados. Los frutos son obvios. Entre los más visibles, están el propio Dudamel y el contrabajista Edicson Ruiz, quien, con 20 años, fue el más joven intérprete fichado por la Filarmónica de Berlín.

En Londres, Dudamel no dejó pasar la ocasión de honrar la herencia musical americana. Tras la amenazante, melancólica y dura sinfonía de Shostakóvich, aligeró el ambiente con West Side Story, de Bernstein, y tres sensacionales piezas latinas: Huapango, del mexicano Moncayo, inspirada en un baile tradicional que algunos enlazan con el fandango; Danzón número 2, del joven compositor mexicano Arturo Márquez, y Estancia, del argentino Ginastera. “Es importante traer a Europa nuestra música”, advierte el apasionado director.

Con la danza final del himno pampero, Malambo, la Simón Bolívar se despidió del Albert Hall brindando un genuino espectáculo de ritmo y movimiento. Se libraron de sus chaquetas negras y, enfundados en cazadoras con los colores de la bandera venezolana, músicos y director demostraron cómo se mueve una orquesta vibrante. Cerraron con éxito el capítulo londinense y con la mirada puesta en la serie de conciertos que darán este mes en diversas ciudades de Alemania. Porque como señala su director, quien se estrena en septiembre como responsable principal de la Sinfónica de Gotemburgo, y, en 2009, dirigirá la Filarmónica de Los Ángeles, “cada concierto es un reto”.

Gustavo Dudamel es la nueva estrella internacional, un director de orquesta destinado a comerse el mundo entero. Lleva una carrera prodigiosa, además de vertiginosa, desde que se unió de niño al Sistema en Barquisimeto, donde nació hace 26 años. La afición por la música le viene de su padre, un trombonista enamorado de la salsa, y de su abuela, que le encaminó hacia la música clásica. Debutó con el violín antes de dirigir su primer concierto cuando tenía tan sólo 14 años.

Dudamel es actualmente el director artístico de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar y, el mes próximo, se estrena en su nuevo cargo como responsable de la Sinfónica de Gotemburgo, orquesta con la que debutó en los Proms londinenses el año pasado. Su fuerte conexión con los músicos, su brío y pasión con la batuta, le han asegurado otro papel de relieve: en 2009 se hará cargo de la Filarmónica de Los Ángeles, considerada entre las mejores orquestas de Estados Unidos. El nombramiento se anunció a principios de año, cuando Esa-Pekka Salonen, su predecesor, hizo pública su decisión de dejar la orquesta californiana.

Simon Rattle considera a Dudamel “el más increíble talento” de los directores de orquesta que se han cruzado en la larga trayectoria del maestro británico. Razón de ello, en el último año el joven director ha trabajado con la élite mundial, entre ellas la Sinfónica de Boston, la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica Checa y la Philarmonia de Londres. También ha dirigido Don Giovanni en la Scala de Milán. “Cada concierto es un reto”, aseguraba en el Royal Albert Hall.

Dudamel hace lo imposible por introducir el repertorio tradicional y contemporáneo de Latinoamérica en sus conciertos internacionales. El domingo contrapuso a Shostakovich con tres compositores hispanos. “Son casi de la misma época, de la misma generación y aunque vienen de mundos distintos, música sólo hay una”, sentenció.

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Sons, Blogs, Literatura e Poesia Descosturadas num Post Curto e Confuso

Publicado em 3 de agosto de 2007

Em 2003, publiquei um post de boa repercussão sobre a Rádio da UFRGS. Uma amiga minha, ao ler aquele post, repassou-o a sua mailing list da UFRGS e isto foi fatal. O Departamento de Artes inteiro leu, até os aposentados da Universidade leram. Sofri alguns ataques de estudantes, mas sabia que tinha razão e, mais importante, a rádio mudou, adequando-se magicamente ao que eu tinha pedido.

Achava que tudo tinha sido casual, talvez tivesse ocorrido uma mudança já planejada, sei lá. Isto até ontem, quando uma funcionária da rádio sentou-se na minha frente por razões profissionais e descobriu que era eu o autor da “bomba”. Soube que o post havia sido discutido longamente, que eu era detestado por alguns e amado por outros e que a rádio aceitara alguns de meus argumentos.

A rádio anda otimamente bem com seu jovem programador, sobre quem tenho uma história estranha. Um dia, lá no início de 2005, quis fazer uma entrevista ao vivo ou por escrito com ele; tal entrevista serviria como uma espécie de reconciliação com a rádio, porém, quando ele soube que eu era o autor daquelas críticas de 2003, tratou de fugiu de mim como o diabo da cruz ou a cruz do diabo, tanto faz. Alegou timidez e fiquei me sentindo um leproso. Entendi agora. Sem problemas, ele é excelente, conhece música e a rádio está arrasando no item qualidade.

Estas pequenas histórias servem para sublinhar o surpreendente poder dos blogs, que receberam excelente artigo na revista Época deste mês, com destaque para a incrível foto de um Inagaki em camisa-de-força.

Por falar em rádio, todos os interessados em literatura deveriam ouvir a belíssima entrevista de João Gilberto Noll para a rádio Antena 1 portuguesa. A entrevista, conduzida magistralmente pelo escritor português Francisco José Viegas, pode ser ouvida na íntegra aqui. E vejam que nem admiro tanto o Noll. Porém, encantou-me a forma hábil com que o Viegas retirou de Noll detalhes sobre seu universo, sobre a marginalidade de seus personagens e como o contextualizou no mundo e no Brasil. A civilidade e o conhecimento do entrevistador revelou a riqueza do entrevistado. Não é para qualquer um. Uma jóia imperdível para quem gosta de literatura e sinceridade.

Com a finalidade de unir de forma esfarrapada estes dois assuntos, há o declaradíssimo e derramado amor de Noll por Bach e por Porto Alegre – o sul, o sul -, amores que compartilho com ele e onde me descubro seu par. “A catedral viva” de Bach, o homem que é sempre sublime – expressões utilizadas por ele na entrevista -, torna-nos irmãos agnósticos crentes na religião da música. Ah, e Noll mostra conhecer bem o caráter dos blogs. Não adianta, de escritores a programadores de rádio, de ex-mulheres a advogados, todo mundo lê blogs.

Para ouvir a grande rádio da Universidade – ativa há 49 anos – em seu micro, clique aqui e vá seguindo o “AO VIVO”: vale a pena!

Diálogos Amorosos:

– Hum – digo.
– Eu sei que não foi muito engraçado, mas fico triste quando invento uma piada e tu não ris.
– (Risadas.)

Utilíssimo Manual (Revisitado hoje):

Eu era recém separado e a procurava com um manual na mão. Quando via uma, observava-a detidamente e fazia a comparação com o manual. Não descansava. Ele já estava manuseado, amarelado e engordurado; abria sozinho naquela página. Era só o que eu queria e tinha que ser. Não fosse daquele jeito, tudo voltaria. Até que encontrei.

Porque

Porque os outros se mascaram mas tu não
Porque os outros usam a virtude
Para comprar o que não tem perdão.
Porque os outros têm medo mas tu não.

Porque os outros são os túmulos caiados
Onde germina calada a podridão.
Porque os outros se calam mas tu não.

Porque os outros se compram e se vendem
E os seus gestos dão sempre dividendo.
Porque os outros são hábeis mas tu não.

Porque os outros vão à sombra dos abrigos
E tu vais de mãos dadas com os perigos.
Porque os outros calculam mas tu não.

Poema da imensa portuguesa Sophia de Mello Breyner Andresen.

(O manual pode ser encontrado no Brasil em Poemas Escolhidos, Companhia das Letras, 2004.)

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Festa no Apê e outro tópicos menos eruditos

Publicado em 15 de fevereiro de 2005

FESTA NO APÊ: Sábado, enquanto respondia e-mails e comentava no blog da Meg, cantava “Festa no Apê” em altos brados. Dificilmente haverá quem mais depreze música ruim do que eu, só que a coisa colou na minha cabeça e sou uma natureza canora. Para me auxiliar – tenho certeza -, a Claudia ameaçou separar-se de mim imediatamente. Atiraria minhas coisas pela janela. Não deu certo. Depois, mais razoável, pôs a Pequena Missa Solene de Rossini em um volume ensurdecedor para qualquer vivente sem lesões auditivas. Isto fez passar a crise. Na semana passada, li esta frase em um e-mail: “Bons tempos aqueles em que uma festa no apê só incomodava os vizinhos“. Nada mais verdadeiro.

A ORAÇÃO DO ATEU: De sexta para sábado, tive um sonho em que via e ouvia um padre falar mais ou menos assim: Ó Pai, que estás nos céus, colocado lá por nossa fraqueza, medo, culpa e imaginação, feito a nossa imagem e portador de nossos defeitos, olhai por nós, pobres pecadores que não usamos teu nome para nada e que vivemos pelo mundo como cães sem dono. Permita que os cães com dono não nos mordam e que a bondade e desespero enviada por eles a ti, retornem na forma de grandes chuvas de bençãos e não como tens feito ultimamente. Que a beleza de tua figura, formada em cada poro e célula por nosso afeto a nós mesmos e nosso horror ao vazio, possa espalhar-se pelo mundo e transformar-se em vales onde jorrarão o leite e mel (*) necessários a nutrir teu povo… (Aqui acordei conjeturando se isto não daria um post…)

(*) “Vales onde jorram o leite e o mel…”. Da letra de Chico Buarque em Sobre Todas as Coisas, lembram?

O FRACASSO DA LITERATURA: Além de Perto Demais (Closer) – analisado espetacularmente pela Meg e respondido com argúcia ainda maior por mim (*) enquanto cantava Festa no Apê para a Claudia; bem, dizia eu que, além de Perto Demais, você deveria ver urgentemente Menina de Ouro (Million Dollar Baby), de Clint Eastwood. Acho uma pena isto, mas o cinema – e não a literatura – tornou-se nosso maior background cultural comum. Então, a gente tem que correr logo aos bons filmes para não ficar fora das discussões! Vê-se um filme em duas horas, lê-se um livro em alguns dias. As apresentações dos filmes nos cinemas são efêmeras, o livro espera na cabeceira ou na estante até a hora em que você decida-se a lê-lo. É mais difícil, pois, sincronizar leituras, enquanto os filmes são assistidos por muita gente numa mesma época. Discutamos filmes, então.
Observação: Tópico escrito com o auxílio etílico de Jussara Mussi e Ricardo Branco.

(*) Brincadeirinha, Meg. Sabes que só repeti o que disseste.

GÊNIOS ABSOLUTOS: Em minha opinião, William Shakespeare foi o maior gênio do século XVII; no século XVIII, elejo tranqüilamente Johann Sebastian Bach como o maior de todos os homens; já no século XIX, deixaria a láurea (fifty-fifty) nas mãos de Karl Marx e Charles Darwin e, no vizinho século XX, daria o prêmio a Sigmund Freud. Para o século XXI, tenho um candidato por ora imbatível: Hugo de León, técnico do Grêmio. Só um gênio imortal consegue fazer aquele grupo de cabeças-de-bagre jogar. Insuperável!

FIASCO: Se o Inter continuar jogando deste jeito, dedicar-me-ei ao hipismo ou ao golfe. Alguém aí conhece as regras do badminton? Ou seria badmilton?

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Dazed and Confused (1969, 1968) – Uma coisa, outra coisa

Incrível o upgrade sofrido por Jimmy Page ao mudar-se do The Yardbirds para um certo Led Zeppelin. São absolutamente chocantes as diferenças na qualidade do grupo e na abordagem da mesma Dazed and Confused e isso com apenas um ano de diferença.

Led Zeppelin – Dazed and Confused (London 1969)

Ou clique aqui.

The Yardbirds – Dazed and Confused (1968)

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Música, Música, Música

Publicado em 4 de outubro de 2004

Música, Música, Música

O Concerto de Martha Argerich e Nelson Freire em Porto Alegre. O repertório pianístico que emprega quatro mãos, seja sobre um ou dois teclados, é considerado inferior. É um preconceito derivado da função utilitária que teve por muitos anos. Houve tempo em que os editores costumavam publicar obras orquestrais facilitadas em arranjos a quatro mãos, e esta formação foi sempre considerada menos música de concerto e mais “coisa de sarau”. Bem, mas quando se unem duas estrelas do porte de Nelson Freire e Martha Argerich, tudo o que não acontece é um sarauzinho.

O repertório original para esta formação não é nada espetacular, mas é suficiente para um concerto de primeira linha, e como! Fui preparadíssmo para lá, tendo lido duas horas antes o post da Laura-RJ sobre o concerto no Rio e ouvido o disco de 1983 (em vinil, ainda), em que Freire e Argerich executam quase que todo o programa da noite. Estava tão mobilizado e entusiasmado que levei o bolachão comigo – como se pudesse ouvi-lo no carro – porém esta revelou-se depois uma providência muito inteligente.

Martha começou o concerto no mundo da lua. As Variações Sobre um Tema de Haydn (o Coral de Santo Antônio) não é uma peça complexa, mas vimos Brahms colocar repetidas bolas nas costas da argentina, que acabou comendo notas e embolando algumas frases. Sua vingança veio na Suíte Nº 2 de Rachmaninov, obra exigentíssima onde o virtuosismo da dupla nos mostrou claramente com quem estávamos lidando.

O resto foi maravilhoso. Uma peça de Lutoslawski – as Variações Sobre um Tema de Paganini -, um delicado Rondó de Schubert e La Valse, que merece comentário especial.

Ravel costumava trabalhar em várias obras ao mesmo tempo. Então, não é surpreendente que ele tenha trabalhado La Valse entre os anos de 1906 e 1920. Primeiramente, seu nome era simplesmente “Johann Strauss”, depois foi rebatizada para “Viena – Poema Coreográfico” e só em 1919 tornou-se “La Valse”. Trata-se de uma série de valsas divididas em duas partes, sendo a segunda uma repetição intensificada da primeira. É uma obra difícil, moderna, uma brilhante paródia. Ravel descreveu-a como “uma espécie apoteose da valsa vienense” – e, puxa vida, é mesmo! -, dando “a impressão de um redemoinho fantástico e fatal”. A mim, dá a impressão de casais dançando uma peça que não conseguirão acompanhar até o final, morrendo antes. É estranho que Ravel tenha escrito “fatal”. É uma obra sem palavras e fico surpreso e feliz que minha impressão seja corroborada por ele com tanta simplicidade. A versão orquestral da obra é mais famosa e ouvida, mas creio que a versão para 2 pianos seja ainda mais impressionante. Como ela finalizava o concerto, é óbvio que a platéia veio abaixo. Resultado: houve 7 bis. Nunca tinha assistido a um concerto com 7 bis e achei que a Laura tivesse errado quando afirmou que isto ocorrera no Municipal do Rio. E não pensem que eles voltavam loucos para tocar, eles hesitavam, recolhiam as rosas que a platéia jogava e iam embora… só sentavam nos pianos quando a mão da gente já estava doendo… O que Argerich e Freire fizeram em La Valse é algo que desejo nunca mais esquecer. Foi i-na-cre-di-tá-vel.

Na saída, exultantes, ficamos conversando com amigos no hall de entrada quando surgiram Freire e Martha para os autógrafos. Não sabia que isto estava programado e, depois de longa hesitação, fui buscar meu vinil no carro e entrei na fila. Martita recebeu o disco com surpresa, olhou a capa onde aparece jovem e sexy aos 43 anos ao lado de um Nelson Freire com 40 e ficou balançando a cabeça negativamente; então, olhou-me e disse mírame ahora. Não fui digno da grandeza do momento, fiquei nervoso, engoli em seco e disse idiotamente: isto foi há 21 anos atrás, Martha. Deveria ter-lhe dito que ela continuava linda, competente, profissional, perfeita e atraente ainda hoje, aos 64 (não, não, melhor não falar em idade…), mas só saiu-me aquela besteira. Não obstante, ela brindou-me com um enorme sorriso e escreveu na capa do disco 21 anõs después, Martha Argerich. Já Freire olhou longamente o disco como se fosse algo muito raro e de que não tivesse ainda conhecimento e assinou simplesmente: Nelson Freire.

Festival Mozart no Santander. Completando o fim de semana musical, fomos assistir a um recital no qual vários grupos de instrumentistas da OSPA (Orquestra Sinfônica de Porto Alegre) interpretariam obras de câmara de Mozart. A OSPA recém fez concurso e há uma série de músicos jovens e de primeira linha loucos para tocar. Ainda não estão contaminados… E como são bons! Eles – acompanhados por alguns renitentes veteranos como Augusto Maurer e Arthur Elias – formam o novíssimo Collegium Musicum da OSPA, que esperamos que não tenha a vida efêmera de várias boas iniciativas culturais de nossa cidade. O programa focou exclusivamente aquela música de câmara de Mozart para sopros e cordas, algo de anormal coerência e que faz a alegria de qualquer ouvinte mediamente informado. Eu, pessoalmente, detesto aqueles programas malucos em que temos de viajar anos e quilômetros entre uma obra e outra. Ouvimos o jovem Quarteto para Flauta e Cordas K. 285, o Adágio para Corne Inglês e Cordas K. 580a (lindo!) e o esplêndido Quinteto para Clarinete e Cordas K. 581. Tudo foi muito bem executado e os três solistas de sopro foram impecáveis. Temos músicos bons que moram aqui, que trabalham aqui e não há razão para não ouvi-los. Vida longa ao Collegium Musicum!

No dia 29 de outubro, às 21h, o grupo reaparecerá no Teatro São Pedro. Quem estiver em Porto Alegre e gostar de música já sabe onde ir.

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A Morte da Rádio da Universidade – Uma Indignação

Quando publiquei este post pela primeira vez, em 2 de dezembro de 2003, em outro blog que eu possuía, houve uma confusão inédita. Alguém o repassou para os e-mails internos da UFRGS e o que se viu foi uma enorme briga. Infelizmente, perdi os comentários. A Rádio mudou muito desde então. Para melhor. Imodestamente, digo que mudou exatamente na direção apontada por mim. Devo ter influenciado um pouquinho. Deste modo, não houve a “Morte”.

A Rádio da Universidade Federal do Rio Grande do Sul existe há 46 anos. Ouço esta rádio diariamente há mais de trinta, sou íntimo. Se não costumamos expor os podres das pessoas que nos são íntimas, isto não é válido para uma estação de rádio, ainda mais quando ela nos trai. Sinto-me à vontade para falar bem ou mal dela. Não fui ouvinte por ódio e sim por admiração acompanhada de amor à música. São de meu conhecimento as dificuldades pelas quais a rádio passou e o heroísmo de seus antigos funcionários para mantê-la viva dentro do estilo a que se propunha. Ambos, eu e ela, nascemos em 1957 e sempre fantasiei que alguma coisa ligava minha vida ao esforço de sobrevivência da RU. Em seu site, ela se auto-define da seguinte forma: Somos uma emissora especializada em música erudita, oferecendo “aos” nossos ouvintes, cultura e entretenimento. Isto já foi verdade, porém desde que a jornalista e professora Sandra de Deus – que não conheço – assumiu o comando da emissora, ela virou coisa do diabo.

Meus 7 leitores podem não acreditar, mas sofro com a agonia dos propósitos definidos na missão-devaneio transcrita acima.

Meus amigos, minha querida rádio, que já foi escolhida a melhor do Rio Grande do Sul por nossos escritores e artistas, que foi tão citada nas obras de Erico, Dyonélio e outros, que era ouvida por Vasco e Iberê enquanto criavam, esta rádio está hoje invadida pelo pior jornalismo. Quando ela faz programas sobre negócios, sentimos saudades do superficialismo mais consistente da Globo; quando ela toca música brasileira, sentimos vontade de ouvir a FM Cultura, que faz isto com muito mais talento e repertório; quando ela apresenta programas étnicos, ficamos nos perguntando se há algum profissional por perto para ajudar o pobre amador responsável pelo espaço; e quando as matérias são produzidas pelos alunos, temos de aceitar, afinal a Rádio pertence a uma Universidade, o que fazer?

Esta grande emissora possui uma das maiores discotecas e cedetecas do país. Durante alguns períodos difíceis a rádio solicitava doações de obras em CDs. Vários conhecidos, including me, fizeram doações de discos, famílias deram e dão para a rádio o acervo de seus melômanos mortos e o diabo trai a todos, certamente irritado pelo fato dos mesmos estarem no céu, gozando das duvidosas delícias castas oferecidas nestes casos. E a Magnífica Reitora Wrana Panizzi, que certamente não se interessa um nadinha por música, fica cantando “tô nem aí”, enquanto penso sobre onde estão Flávio Oliveira, Rubem Prates e outros conhecedores de música neste momento. Alguém deveria dizer à diabólica Sandra que, se há um noticiário de uma em uma hora, só é possível executar as sinfonias Nº 1 e 4 de Mahler ou as Nº 4, 7 e 9 de Bruckner e nunca as outras obras destes autores, pois somente as citadas têm menos de uma hora de duração… Mas tentarei refrear a indignação e ir por partes:

1. Os horários:

Repetindo, como tocar uma sinfonia de Bruckner, Mahler, a West Side Story inteira ou uma ópera se de hora em hora há um programa de notícias? A programação da RU fica limitada e empobrecida devido a estas interrupções.

2. Quanto à qualidade das gravações:

As pessoas de mais de 35 anos que têm discotecas há decênios se deparam com um problema: a gravação em vinil ou a gravação em CD? Eu, que possuo mais de 1200 discos em vinil e uns 800 CDs, sei bem o que é isto. Às vezes, a qualidade musical de um CD é inferior ao de uma gravação em vinil. Então, se a RU ainda tem agulhas novas nada, mas nada mesmo, justifica a transmissão das Variações Goldberg de J. S. Bach por Christiane Jaccottet (ainda mais em um sábado de manhã!). Ela é simplesmente medonha. O fato de estarem presentes no acervo da rádio CDs da antiga Movieplay não obriga a emissão de todos eles. Ora, quem possui as Goldberg em gravações de Landowska, Leonhardt, Gould, Richter, Staier e Hantaï estará totalmente certo se esquecer os 12 volumes das obras para teclado de Bach pela Jaccottet. A boa qualidade do som do CD apenas deixa mais expostos os erros dela. Eu mesmo tenho estes CDs e já os esqueci. (Alguém aí na bloguesfera os quer?) Claro que isto não vale para todos os Movieplay, só para alguns.

3. O repertório:

Parece que a rádio está mais e mais acadêmica em seu repertório. Há uma variação muito pequena de autores/estilos/escolas. Ficamos todos os dias repassando os mesmos nomes. Um dia, por exemplo, foram colocadas consecutivamente três gravações da Sinfônica de Washington sob a regência de Rostropovitch. Eram autores diferentes e as gravações são boas, mas para que isto? Ninguém estava comemorando a détente, nem o aniversário de Shostakovitch ou alguma data russa ou soviética, estava? Outro fato que me intriga é que os autores – exceto Gorecki – que estão crescendo na consideração de qualquer publicação de música erudita não são mais repercutidos na RU. Cito os nomes de Spohr, Heinichen, Berwald, Ockeghem, Schnittke e em outros tantos que principalmente a Naxos está trazendo à tona. A atual RU parece ser programada por curiosos.

4. Os programas:

Há um programa sobre cinema que é um toca-cedês de trilhas de filmes. Há um que até não é péssimo mas é um mistério. Ele tem o horário nobre das oito da noite e se extendia primeiramente por meia hora. Hoje tem, no mínimo, uma hora e, às vezes, o apresentador de mente caquética se entusiasma e vai adiante. Nunca sabemos quando estaremos livres dele. O programa é dedicado aos tangos. Parece que a Buenos Aires dos anos 40 ou 50 baixa em Porto Alegre; porém, infelizmente, Borges fica em sua biblioteca enquanto Cortázar viaja e Sábato fica ouvindo seu amado Heifetz em casa. Tudo o que Roque Araújo Vianna apresenta é “maravilhoso” e “genial”, o programa já fez cinco anos e ele nunca encontrou nada “mais ou menos” em sua alentada discoteca. O nome da coisa é “Tangos en la Noche”, mas deveria ser “Tangos Todas las Noches”. Um saco! E há um programa feito por ecologistas que diz 3 frases e passa para alguma música bem alegre e acústica. Somos, pois, informados subliminarmente que aquilo seria música ecológica.

5. Intercâmbio com outras rádios e programas sobre música:

Desapareceram os programas da Deutsche Welle, BBC, etc. Estive em São Paulo e ouvi programas muito interessantes na Cultura. Vinham do Canadá, Suécia, Espanha, Suíça, DW e BBC. Eram todos em português. Desconheço a opinião da RU sobre eles, mas eu os achei ótimos. Serão eles caros? Eu, na minha ignorância, sempre pensei que viessem de graça, através de um serviço de intercâmbio cultural, sei lá. E por que não são criados programas dedicados a um ciclo de composições e a seus principais intérpretes. Exemplos: Sinfonias e Quartetos de Beethoven, Cantatas de Bach, Concertos para piano de Mozart, etc. Discoteca para isto a RU tem de sobra. E bastaria chamar um especialista do Departamento de Música para resolver o problema.

7. As vinhetas e chamadas:

Provando a estranheza da atual equipe com a música erudita, só se ouvem vinhetas e propagandas de programas com músicas populares, normalmente as eletrônicas dos anos 70 e 80.

8. Apenas um elogio:

O programa “A Hora do Jazz” é perfeito. Quem o apresenta sabe do que está falando. Não sei seu nome completo, é Günther mais um sobrenome alemão, é claro. Tal apresentador recebe uma hora semanal da divina Sandra. Por que não reduzir os tangos a este tempo?

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Beethoven – Quarteto de Cordas, Op.59, "Razumovski", Nº 3 – 2º e 4º Mvtos

Para o Dr. Milton Cardoso Ribeiro

Hoje faz 17 anos que meu pai morreu. Esta era uma das músicas que ele mais amava, o terceiro Quarteto Rasumovsky (com “s” ou “z”), especialmente seu tranquilo segundo movimento e o quarto, bem diferente. Infelizmente, não os encontrei com o mesmo quarteto. O 2º vai pelo Alban Berg — esplêndido, esplêndido, esplêndido — e o 4º pelo Borealis, muito bem editado. Nossa, é música de primeira qualidade, nem vou escrever mais.

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Dmitri Shostakovich (VIII – Final)

Na primeira parte do último texto, escreverei uma pequena introdução sobre meu diletantismo radical de escolher um compositor para passar centenas de horas a lê-lo e ouvi-lo. Há muita coisa boa e muita porcaria publicada. Já as gravações são quase todas boas. Ele não é compositor para músicos diletantes…

Os piores textos vêm daquelas alas que atribuem ou buscam descobrir alguma posição política no homem e na obra. Tais posturas, encontráveis tanto à direita quanto à esquerda, com predominância daquela, servem apenas para mostrar a ideologia de quem escreve, o que, convenhamos, pouco interessa neste caso. Depois de muito ler, fica clara a grande e falsa exposição que Shostakovich obteve durante da Guerra Fria, no Oriente e no Ocidente. Ambos os lados o utilizaram como exemplo de suas teses. Ele e outros intelectuais soviéticos foram espécies de caixas pretas nas quais se podia adesivar as mais diversas opiniões e posições. Não, Shostakovich nem representava o governo soviético, nem esteve ao lado dos dissidentes Soljenítsin e Sakharov. Se teve inúmeras oportunidades de permanecer no Ocidente e não o fez (argumento da esquerda), também sofreu horrores com Jdanov, Stálin e mesmo depois (argumento da direita); se escreveu ironias ao estado soviético (Cantata Rayok, argumento da direita), também cantou o heroísmo da revolução em obras não encomendadas. Shostakovich parece-me ter sido alguém cujo pensamento político possuía pouca relevância e que agia sempre como artista e ponto. Só isso? Não, em minha opinião, ele era um comunista muito crítico e reto, com uma complexa relação de amor e ódio ao poder da URSS. Apenas Stálin era cem por cento abominado. Era um artista, não um político; não seguia as linhas tortuosas, às vezes indefensáveis, que os partidos frequentemente defendem. Utilizou-se de temas de sua época, porém a perspectiva sob a qual via o mundo era, curiosamente, sempre foi a dos mortos. Dos mortos pelos nazistas, pelos anti-semitas, pelos soviéticos, por Stálin ou pelo passar do tempo, como em toda sua obra final. Como escreveu Fernando Monteiro, toda grande obra gira em torno de três temas: Amor, Deus e Morte. Acho que Shostakovich, teve muito a dizer sobre todos, principalmente sobre os dois últimos temas; o primeiro pela inexistência, o segundo pela onipresença.

Aliás, com o passar do tempo — o qual tem o bom costume de fazer aparecer a verdade e o pouco recomendável hábito de fazer desaparecer nossos pobres corpos –, a discussão sobre o pensamento político de Shostakovich tornar-se-á ociosa e ficará o que interessa: o homem e o compositor; e este era um sujeito brilhante e produtivo, deprimido e eufórico, que torcia interminavelmente os dedos, como mostram os filmes soviéticos, sentado num trem olhando a chuva bater na janela; que homenageava a pureza de alguns revolucionários e criticava ou expelia seu amargor e sarcasmo aos governantes; que permanecia parado por horas em silêncio com os amigos de que gostava — e só com eles.

Por falar em gostar, o que gosto em Shostakovich é sua música. Ela é produto de um artista apaixonado e inacreditavelmente produtivo. A forma com que ele se relacionou com seu tempo serviu à sua música e não o contrário. Escrevia para ser compreendido e para expressar-se, mas não tinha ilusões de mudar seu país e o mundo, que é como parece pensar quem só vê política na arte de Shostakovich. Sua música, antiquada para os modernos e moderna para os anacrônicos (sem ofensas, sem ofensas…), consegue ser visceral e cerebral, e concordo com este artigo quando seu autor fala no quanto a audição de Shostakovich demandou-lhe subjetivamente. Não é música para ser assimilada nas primeiras abordagens e nem esquecida facilmente. São experiências oferecidas por alguém disposto a buscar tudo o que estivesse à mão para expressar o que desejava e que produziu uma obra séria, sarcástica, deprimente, divertida, inteligente, lúdica e extraordinária: às vezes, tudo ao mesmo tempo.

A seguir, comento as três últimas grandes obras de Shostakovich.

Quarteto de Cordas Nº 14, Op. 142 (1972-73)

Este é quase um quarteto para violoncelo solo e trio de cordas, tal é a proeminência dada àquele instrumento. É um quarteto inspiradíssimo, escrito em três movimentos (Allegretto – Adagio – Allegretto), e que tem seu centro dramático em um dilacerante adagio de 9 minutos. Não consigo imaginar uma audição deste quarteto sem a audição em seqüência do Nº 15. Eles, que costumam aparecer juntos, seja em vinil ou em CD, formam, em minha imaginação, uma só música.

Quarteto de Cordas Nº 15, Op. 144 (1974)

Este trabalho, assim como a sonata a seguir, são tidas como obras-primas e seriam os dois principais “réquiens privados” de Shostakovich. Concordo.

O que dizer de um obra escrita em seis movimentos, em que quatro deles são adagio e os outros dois são adagio molto, sendo que, destes dois últimos, um é uma marcha funeral e outro um epílogo…? Ora, no mínimo que é lenta. Porém, como estamos falando do Shostakovich final, estamos falando de uma obra que tem como fundo a morte. Há três movimentos realmente notáveis nesta música: a Serenata: Adagio, a Marcha Fúnebre – Adagio Molto e o musicalmente espetacular Epílogo – Adagio Molto. O Epílogo recebeu vários arranjos sinfônicos e costuma aparecer — separadamente ou não do resto do quarteto — em gravações orquestrais.

Sonata para Viola e piano, Op. 147 (1975) – A Última Composição

Esta é a última composição de Shostakovich e uma de minhas preferidas. Ele começou a escrevê-la em 25 de junho de 1975 e, apesar de ter sido hospitalizado por problemas no coração e nos pulmões neste ínterim, terminou a primeira versão rapidamente, em 6 de julho. Para piorar, os problemas ortopédicos voltaram: “Eu tinha dificuldades para escrever com minha mão direita, foi muito complicado, mas consegui terminar a Sonata para Viola e Piano”. Depois, passou um mês revisando o trabalho em meio aos novos episódios de ordem médica que o levaram a falecer em 9 de agosto.

Sentindo a proximidade da morte, Shostakovich escreveu que procurava repetir a postura estóica de Mussorgsky, que teria enfrentado o inevitável sem auto-comiseração. E, ao ouvirmos esta Sonata, parece que temos mesmo de volta alguma luz dentro da tristeza das últimas obras. A intenção era a de que o primeiro movimento fosse uma espécie de conto, o segundo um scherzo e o terceiro um adágio em homenagem a Beethoven. O resultado é arrasadoramente belo com o som encorpado da viola dominando a sonata.

Os primeiros compassos da Sonata ao Luar, de Beethoven, uma obra que Shostakovich frequentemente executava quando jovem pianista, é citada repetidamente no terceiro movimento, sempre de forma levemente transformada e arrepiante, ao menos no meu caso… O scherzo possui uma marcha e vários motivos dançantes, retirados de uma outra ópera baseada em Gógol — seria sua segunda ópera composta sobre histórias do ucraniano, pois, na sua juventude ele já escrevera O Nariz (1929) — que tinha sido abandonada há mais de trinta anos. Outras alusões são feitas nesta sonata. Há pequenas citações da 9ª Sinfonia (de Shostakovich), da 4ª de Tchaikovski, da 5ª de Beethoven, da Sonata Op.110 de Beethoven, de Stravinsky, Mahler e Brahms. E a abertura da Sonata utiliza trecho do Concerto para Violino de Alban Berg, também conhecido pelo nome de “À memória de um anjo”, o qual é dedicado à filha de Alma Mahler, Manon, morta aos 18 anos, com poliomielite.

Creio não ser apenas invenção deste ouvinte- – há uma constante interferência do inexorável nesta música, talvez sugerida pela intromissão de temas de outros compositores na partitura, talvez sugerida pela atmosfera melancólica da sonata, talvez por meu conhecimento de que ouço um réquiem. O fato é que Shostakovich estava aguardando.

Shostakovich morreu sem ouvir a sonata, que foi estreada num concerto privado no dia 25 de setembro de 1975, data em que faria 69 anos.

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O Manifesto de Zizi Possi & Consequências do Post Anterior

Publicado em 5 de agosto de 2004

O post sobre o jabá provocou uma notável série de comentários (que perdi…). Fico agradecidíssimo a todos. Também provocou belas reações fora do âmbito bloguístico. Ganhei links em sites de gravadoras independentes e recebi e-mails de pessoas ótimas e que não conhecia. Dentre eles, gostaria de destacar Augusto Maurer – este eu já conhecia! -, da gravadora Antares, que, com enorme generosidade, tratou de me informar acerca da cena atual das gravadoras independentes. A MPB está buscando uma  saudável revolução cuja finalidade é a retomada do mercado por aqueles a quem de direito – seus verdadeiros artistas. O crescimento da Antares, da Biscoito Fino, da Kuarup, da Acari, da Rob, etc.; as atitudes de artistas como Djavan, Zizi Possi e Lobão apontam que as independentes ainda farão muito barulho. Foi também através do Augusto que recebi o belíssimo documento que transcrevo abaixo e que está no site de Zizi Possi. Com ele, fecho temporariamente o assunto.

~~~~~

O Manifesto de Zizi Possi

Sem arriscar, do artista não brota a obra.
A realização dessa obra requer muita fé no que não se pode ver,
nem tocar,nem sequer acreditar que é possível…
e suportar a pressão dos incrédulos.
Ser artista é entre outras coisas, ter coragem de ousar,
de mergulhar no desconhecido até então.
Quem investe na arte?

Zizi Possi

Meus amigos;
Muitas pessoas que gostam de mim e do meu trabalho têm perguntado sobre a minha rescisão com a gravadora, e o que será do meu futuro.
Gostaria de responder a todos os que têm essa questão em mente, contando um pouco do que, e de como penso sobre isso.
Vale lembrar que não sou dona da verdade, nem pretendo convencer ninguém a respeito de nada.
Estou apenas expressando o meu ponto de vista, e esclarecendo minha opção.
É o seguinte:
A indústria da música no mundo gera o maior capital depois da de petróleo.
Ou pelo menos gerava, antes da facilidade de reprodução de um CD pela pirataria, e da era Internet,
Ou seja: um próspero negócio.
As gravadoras multinacionais no Brasil, historicamente dominaram o mercado por serem mais ricas e organizadas,
Graças ao geométrico potencial de desenvolvimento financeiro, chamaram a atenção e foram absorvidas por grandes corporações ou parques temáticos:
A CBS virou SONY MUSIC – mais um braço da SONY.
A POLYGRAM virou UNIVERSAL MUSIC – mais um braço do parque temático, cinema, bonequinho, álbum de figurinhas, etc e tal…. Que por sua vez já foi vendida para um grupo francês enoooooooooooooooooorme, e que nunca trabalhou com música antes.
A RCA de ontem, a do cachorrinho no gramofone, é hoje BMG.
O André me mostrou pela Internet “quem” é a BMG. Tentem ,e pasmem! E por aí vai…
Ou seja, nas últimas décadas, o negócio foi crescendo tanto que a própria indústria, deslumbrada com os louros conquistados, foi arrebatada pela tentação financeira e acabou abrindo mão de si própria, para se tornar mais um braço de uma grande corporação.
Como braço, se a “gravadora” não gerar um volume pré-determinado de dinheiro no ano, o cargo dos executivos entra em pane, e pode haver um desastre nas suas promissoras carreiras.
Que entre em pane então a arte, a cultura,o artista, e tudo o que é mais trabalhoso de colocar no mercado, pois o consumo deve ser rápido e por atacado. Sem riscos desnecessários.
Quanto mais essa rapidez atropeladora vai crescendo e “resolvendo” a questão, menos importância e cuidado sobra para a arte e o artista – originalmente a matéria prima da indústria!….
Salve as bundas! Salve o hedonismo! Salve a banalização do sexo, da televisão, do “tornar-se famoso a qualquer preço”, e da informação!!!
(que se faça justiça: esse mérito não é só da indústria da música!!! )
É o que temos, e teremos por um bom tempo, até que o mal se consuma a si próprio, e o povo se farte do sexismo, desmistifique a fama barata, e finalmente respire a permissão de merecer mais e melhor do que isso.
Em contrapartida, o Brasil é um grande mercado para a música.
Não é tão difícil alcançar o mínimo anual estipulado. Não requer grandes investimentos comparados aos que os outros braços costumam disponibilizar para o marketing dos respectivos produtos.
Desde que abriu mão da sua identidade para se tornar “parte” de algo maior, deixou também de crescer, de se atualizar, pesquisar, abrir mercados novos, e de investir adequadamente nos seus produtos.
Os caminhos para divulgação trocaram de nome mas continuam os mesmos!
Me pergunto:
Qual é o investimento de suporte que a indústria já fez por aqui?
Casas de espetáculo:
Empresas de igual ou menor porte,investem em suas marcas associando seus nomes a espaços culturais:
ATL Hall (Rio), Credicard Hall, Direct Tv Hall, Teatro Alpha Real (S.P.)
– Tem algum UNIVERSAL MUSIC´S THEATER em algum lugar do Brasil?
Quem sabe um WARNER Music Hall????
Entre nós: para quem trabalha com música, investir num “show room” – um lugar adequado para a apresentação da mesma – não é tão incoerente assim…. você não acha????
Seria até uma garantia de visibilidade para seu investimento, além de ser uma mais do que justa forma de reconhecer a hospitalidade brasileira, oferecendo à sociedade e ao artista mais um local de cultura, lazer e trabalho.
O Bradesco – instituição financeira – fundou e cuida de um grande e super bem estruturado orfanato.
O Bank Boston – instituição financeira – também.
O Itaú – instituição financeira – tem um centro cultural que oferece espaço e visibilidade para que artistas de várias áreas possam mostrar seu trabalho e o público tenha acesso à arte e informação.
Vocês já viram alguma ação cultural e /ou benemérita das multinacionais da música no Brasil ????

Tudo bem que a TV a cabo seja outro braço desta verdadeira “SHIVA” capitalista, e que portanto temos bolsos diferentes…….. embora na mesma calça.
Seria uma heresia pensar em contar com uma pequena janela – pode ser até uma fresta – para a apresentação do nosso produto musical, o da própria empresa ?!!?
Todo o longa metragem lançado, tem sua trilha sonora distribuída e vendida pelo seu “braço” musical do país em questão. Será que isso deveria permanecer assim mesmo, unilateral????
Aí vem aquelas justificativas todas para explicar que a divulgação é escassa porque os programas são sempre os mesmos etc etc
Ai que pena e que cansaço!
Tenho 24 anos de carreira profissional, e 46 de idade, ou seja: não dá mais para ouvir as mesmas desculpas de sempre por aquilo que não foi feito, e acreditar que as alternativas não são viáveis!!!!!
Reclamam da pirataria, e com razão.
Mas temos de reconhecer que o mercado foi negligenciado pela própria indústria.
Ela sempre subestimou o que chamava de “menor “.
Nisso incluem-se a própria pirataria, que há 10 anos atrás representava um “nada” para o mercado, e as pequenas cadeias ou lojas isoladas, porém especializadas em música.
A inadimplência alegada para o corte ao crédito das pequenas lojas, realmente é um fator desestruturador e requer providências.
Nem sempre encontramos a melhor saída para a crise.
Acho que abrindo mão de vender música, abriu-se mão do mercado dela.
Tenho saudade de entrar naquela loja onde o mocinho de crachá se aproximava para ajudar, e quando eu perguntava sobre um determinado artista, ele sabia tudo o que havia sido gravado nos últimos anos.
Mostrava os CDs, citava músicos e o solo da guitarra numa canção, o de sax na outra….
Eram bons os tempos em que se ouvia um disco inteiro com prazer e sede de estar perto da criação e do artista.
Hoje em dia, as lojas minguaram a tal ponto, que só se encontram CDs em supermercados, loja de departamentos, postos de gasolina, e graças a Deus em livrarias!
Imaginem, o CD, produto tão vendido no país, perdeu sua própria loja!!!!
O terrível, é que nesses lugares, (nas livrarias menos) não há lugar para catálogos.
Você só acha os sucessos:
1- da novela,
2- das rádios de “parada musical” ,
3- de compilação feito pela própria gravadora para parecer produto novo, e
4- com sorte, dos últimos 2 ou 3 CDs do artista – lógico, se tiverem sido um sucesso!
Sucesso
– essa é outra boa questão a se repensar.
O sinônimo de sucesso para mim sempre foi o de obter um resultado positivo como decorrência de algum bom trabalho.
Para se obter um resultado é preciso fazer alguma operação antes, certo?
Então, desde que sucesso passou a ser encarado como sinônimo de fama e de dinheiro a qualquer preço, foi diminuída a importância do trabalho do artista.
O sucesso passou a ser a meta, e não o resultado.
As máquinas maravilhosas que corrigem desafinações, e trazem já ritmos e timbres completos, são capazes de reduzir o número de músicos e de consertar qualquer erro.
Não sou contra essa tecnologia, muito pelo contrário – acho bárbaro!
Só sinto por ela estar sendo utilizada tão abusivamente.
O mercado e a mídia podem estar lotados de pessoas que se tornam famosas, mas nem por isso podem ser reconhecidas como artistas.
Isso é sucesso?????
Olha, até meu cachorrinho pode latir afinadinho, e com sorte se cair no gosto popular, ser o maior sucesso do Brasil.
Sucesso no dicionário deles, bem entendido!
Cabe dizer, que neste momento da história, a indústria nacional de música – ontem um “nada ” para o mercado – tem revelado extrema criatividade ao lidar com o mercado, a mídia e as concorrentes.
Que bom poder olhar para este cenário e ver que a batuta na mão da indústria brasileira (a verdadeira ABPD) está regendo um leque aberto de opções menos preconceituosas, preguiçosas e tendenciosas, garantindo um pouco da imensa variedade de músicas e estilos do país – o que caracteriza nossa riqueza cultural.
Tomara que não se percam pelo caminho. Não haverão de se perder!
Enfim quem sou eu para criticar?
Como já disse desde o início, não sou dona da verdade.
Essa é apenas a minha visão deste momento da história da música popular & indústria & mercado.
A mim, cabe apenas saber até onde posso andar nessa direção.
Não me reflito nesses valores.
Sei que vai ser trabalhoso daqui por diante realizar meus projetos sem o suporte financeiro e mercadológico da indústria, mas acredito que vai rolar sim!
Parei de andar por esse caminho, mas não parei de cantar.
Gosto de música, muito! De música com “M” maiúsculo.
E é essa a música que pretendo realizar sempre.
Pode demorar um pouquinho, mas tenho certeza que vai rolar!
Para você meu querido amigo, que vem me acompanhando ha algum tempo, agradeço de coração, e espero retribuir lhe apresentando um trabalho do tamanho do seu carinho e atenção.
Vamos manter contato!
Um grande beijo,
ZZ

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Notícias do Reino do Jabá

Publicado em 2 de agosto de 2004

Estes dias, revendo os CDs de música brasileira que comprei nos últimos anos, constatei que 90% deles eram de gravadoras independentes. Não sabia que era tão outsider.

Ontem, recebi um e-mail com um artigo provavelmente assinado por Sérgio Rubens de Araújo Torres — nunca se sabe a real autoria das coisas que chegam a nossa caixa de entrada — e que fala sobre como as multinacionais fonográficas tratam nossa música. O tom geral do artigo é demasiadamente virulento para o meu refinado gosto (hã?), mas seu conteúdo expressa verdades difíceis de serem contestadas.

Sabem o que é o jabá? Ora, é aquela grana que a emissora de rádio ou TV recebe da gravadora para executar determinadas músicas de seu interesse. É uma forma permitida de suborno e que faz com que sejamos obrigados a ouvir centenas de execuções da mesma música, pois um executivo de uma multinacional decidiu grudá-la em nossa memória de tal forma que sejamos impelidos a ir correndo a uma loja adquiri-la… Sabem qual é o gasto das gravadoras com o jabá? São muitos milhões de reais por ano. É um pagamento difícil de explicar, principalmente para quem se declara quase extinta pela pirataria.

A pergunta principal que faço e que o Sr. Sérgio Torres tenta responder em seu artigo é a seguinte: por que o jabá tem de beneficiar sempre a pior música brasileira? Por que Guinga, por exemplo, não pode ser beneficiado por ele? Mais: por que um artista como Guinga não pode fazer parte do excelso cast de uma grande gravadora e sim do da Veleiros? É por não ser bonitinho? E por que as grandes gravadoras não promovem nada que seja de qualidade? O pop-rock-pagode que costumam promover são constrangedores.

Não sou um nacionalista radical, apenas acho natural que os croatas possam conhecer, através dos meios de comunicação disponíveis na Croácia, o melhor que os compositores e músicos croatas produzam, escolhido por radialistas croatas que tenham liberdade para fazê-lo. Você também não acha que um croata tem o direito de ouvir a boa música croata? É claro que ele tem também o direito de ouvir música croata ruim ou músicas americanas ou inglesas boas ou más, mas ele deve ter liberdade, certo? Pois aqui no Brasil quem faz esta escolha é o jabá, só ele. Ou seja, um executivo de uma gravadora é quem vai determinar se lhe é mais lucrativo que ouçamos carradas de Jota Quest ou de É o Tchan. Isto não é um tipo de censura? Isto não fere a liberdade? Isto não cai em nenhum artigo de nossa monstruosa massa informe de leis?

Vocês, meus 7 amados leitores, talvez não tenham tanto acesso ao dinheiro quanto gostariam, mas certamente têm acesso à informação. Nós, portanto, não precisamos padecer deste problema. Somos privilegiados e compramos (ou baixamos pela rede) o que nos agrada. Eu, por exemplo, fui conhecer a egüinha pocotó há pouco tempo; não ouço as rádios populares e quase não vejo a Globo, a Record, o SBT, a MTV, etc. Conheci a Kelly Key na Playboy e valeu a pena… Vi seus vários lábios, não ouvi sua voz e acho que detestaria fruir sua música.

Mas… e o resto das pessoas deste país? E os que só podem ouvir o que o jabá permite? Isto não nos traz conseqüências culturais? O fato de não nascerem mais tantos Tons, Pixinguinhas, Chicos, Paulinhos, Aris, Gonzagões, Miltons, Noéis, Dorivais, etc. é mera coincidência? Não seria este um caso para nosso Ministro da Cultura preocupar-se? Ou o fato de ser contratado de uma grande gravadora multinacional o tolhe?

(Este texto foi livremente desenvolvido a partir de um artigo de SÉRGIO RUBENS DE ARAÚJO TORRES chamado Multis boicotam produção musical brasileira para favorecer a da matriz.)

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E a melhor canção dos Beatles vai para…

… Bem, quem me conhece sabe que eu guardo extremado amor por umas 60, talvez 100 músicas dos Beatles. Mas se eu — após horas de tortura — fosse obrigado a escolher 5, ficaria com duas de Paul, For no one e She`s leaving home, duas de John, as típicas I`m the walrus e Rain, e uma de George, While my guitar gently weeps. Porém, se meu torturador ameaçasse enfiar um arame em minha uretra se eu não dissesse uma e apenas uma canção, eu gritaria a plenos pulmões que a melhor é While my guitar gently weeps! Isso hoje, né? Amanhã, posso gostar mais de outra, sei lá.

O filme abaixo mostra While my guitar gently weeps num daqueles eventos pós-morte de Harrison. Ignoro quem sejam todos eles, mas digo que quem canta mal no início é Tom Petty, quem salva com brilhantismo o vocal é o ex-Electric Light Orchestra Jeff Lynne, há Paul McCartney nos teclados, além do filho de George, Dhani Harrison, e há principalmente Prince, que finaliza tudo com um solo de guitarra que beira a falta de educação, se pensarmos que ele estava num evento-velório… Ou não há nada disso? Confiram aí! É um belo solo do anão de Minneapolis.

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OSPA: a verdade que salva e liberta

Sim, eu sei. Meus sete leitores vêm aqui sempre em busca da verdade que salva e liberta. Então lhes digo que o primeiro clarinetista da OSPA (Orquestra Sinfônica de Porto Alegre), Augusto Maurer, acertou na longa argumentação onde defendeu a ausência de regente titular na OSPA a partir de 2011. O músico fê-la publicar (chupa, Machado!) na edição de hoje do brioso Caderno de Cultura de ZH na forma de uma Carta Aberta ao futuro Secretário de Cultura do Estado, Luiz Antônio de Assis Brasil. Seu texto chegou convenientemente a nossa caixa de e-mails há mais ou menos uma hora.

O fato é que a discussão estava em banho-maria até o concerto da última terça-feira, quando o nervosismo da Orquestra fez entornar a água que aquecia o destino da Orquestra, deixando a coisa, para dizer o mínimo, bastante mais quente. Metemos nossa colher torta no debate e houve reações de diversos calibres – de Piaget a Pinochet, de Ademir da Guia a Edinho. Traduzo: houve reações compreensivas, reflexivas e serenas e outras surdas, truculentas e inábeis.

Comprovando que o dedo deste comentarista e de outros têm penetrado em locais bastante desconfortáveis do corpo da Orquestra, tivemos reações que merecem cuidadoso catálogo, apesar de que será mantida a identidade dos manifestantes em obsequioso sigilo, pois estamos cansados de processos, uf.

1. A ala Pinochet: Houve quem ressuscitasse a Segunda Escola de Viena ao flautear que estranhava nossa arrogância ao ousar fazer críticas aos andamentos do último concerto, ainda mais por serem advindas de um simples melômano, donde concluo que sou inadequado para criticar a Orquestra e, consequentemente, de ouvi-la, pois os seres humanos insistem em estabelecer juízos críticos mesmo sobre aquilo que não dominam e, mesmo sendo um reles melômano daltônico e cambota, ainda me classifico entre os seres humanos, até por gerado ter dois deles. (Não lhes disse que hoje dotei-me do poder de apenas declinar nestas linhas a verdade que salva e liberta?). O que mais nos estarrece neste grupo é a forma calorosa com que recebe nossos elogios, o que diz muito mais sobre a natureza humana do que toda a Obra de Paulo Coelho.

2. A ala Piaget: Mesmo hostis a este comentarista, a ala Piaget busca compreender nossas razões e a aqui declino outra verdade que salva e liberta: “Quem compreende perdoa”. Obviamente, é possível conversar com esta ala articulada da Orquestra que busca com seus arcos algum resquício de lógica em nossas opiniões e que, espertas, respeita os sete leitores que nos visitam.

3. A ala Ademir da Guia: esta ala é assim chamada pela serenidade e concordância com nossas teses. Como sou um ser humano dotado de falhas, inclino-me a achar inteligentes as pessoas que concordam comigo. Como pontuou Marcelo Backes em tempestiva manifestação, Serenidade é alegria, tranquilidade, sabedoria e clareza, tudo isso num som que ecoa o azul do céu e a claridade do éter. Parece a descrição do futebol de Ademir da Guia, não? Bem, esqueçam. O fato é que a bloco hostil (ver 1 e 2) foi furado de forma consistente quando músicos disseram que, sim, os andamentos estavam rápidos – bem como eu disse – talvez em função da péssima acústica. Este argumento é duplamente inteligente e não é por concordar comigo: (1) ele encaminha uma explicação e (2) projeta a discussão a outro nível, o da absurda e obscena penúria de uma instituição que os gaúchos dizem amar. (Imaginem o que fariam se a odiassem!!!). Os Pinochets não veem que o importante está logo ali atrás da questiúncula!

4. A ala Edinho: Jogando com três volantes na proteção da zaga, esta ala é irremediavelmente retranqueira e acha que os problemas da Orquestra devem ser discutidos reservadamente, como se não fossem “coisa pública” e sim pura magia. Não sei, mas acho que os gabinetes não têm sido legais à OSPA, que – e agora deixamos de lado as brincadeiras para adquirimos o cenho sério de quem vai falar grosso – está sem teatro, sem local para ensaios, sem regente, com defasagens pecuniárias, necessitada de mais músicos e, voltando à verdade que salva e liberta, cansada de tudo isso, tal como os ouvintes. Pois lhes afirmo que o cansaço é audível sim.

O catálogo acima deve servir como demonstração de que, quando a confusão impera, cada um corre para o lado que melhor lhe apraz, enquanto fala pelos cotovelos. Então, procuraremos objetivar para que nossos leitores, já sabedores do esquema das pequenas tragédias que cercam a OSPA, entendam o que há por vir.

Augusto Maurer pede para que Isaac Karabtchevsky seja substituído parcialmente em suas funções como regente e diretor artístico. Ele sugere Celso Loureiro Chaves ou Ney Fialkow para a direção artística da OSPA e a extinção da figura de regente titular. Concordo 100% com ele neste último quesito. Sobre os nomes sugeridos, tenho certeza de que o primeiro é excelente. Sei que ele não deixaria a Orquestra neste marasmo de repertório que é seu habitat atual. Só conheço Ney como pianista, então não posso nem cantar suas qualidades nem expor-lhes os defeitos. Mas o Augusto sabe julgar, posso garantir.

Mas você pergunta: por que é ruim ter um regente titular? Ora, além das razões explicitadas pelo Augusto abaixo, eu, como arauto da verdade, digo-lhes: os regentes titulares privilegiam seus concertos, além de terem a tendência de estender seus corpos na maldita “zona de conforto”, local inadequado para artistas, como vocês sabem.

Mas você ainda pergunta: esta é a maior das vicissitudes da OSPA? Não sei, porém, em minha opinião, é a primeira a ser tratada e então urge resolvê-la com critério, bom senso e caldo de galinha. Depois, há o repertório (argh!), os concursos, o teatro e a glória perdida. Como há um longo caminho para percorrer, certamente será melhor deixarmos o rebotalho e o regente único em casa. E, antes de nos despedirmos, somos obrigados a deitar aqui mais uma verdade daquelas que salvam e libertam: estaremos sempre ao lado da Orquestra, pois, não obstante nossas críticas aqui e ali, amamos a música e quem a faz. Podem contar conosco.

~o~

Carta Aberta ao futuro Secretário da Cultura do Rio Grande do Sul, por Augusto Maurer

“Sempre defenderei o regime estatutário de contratação pública por ser o único sob o qual se pode dizer o que se pensa.”

LUIS OSVALDO LEITE, quando presidente da OSPA

Caro secretário,

não é preciso muita imaginação para adivinhar que, desde que sua participação no próximo governo do Estado foi anunciada, o senhor tenha se tornado alvo de intenso assédio por parte de uma variada gama de aspirantes a cargos de confiança vinculados a sua pasta. É, assim, igualmente fácil adivinhar que a corrida aos cargos com lotação na administração da Fundação Orquestra Sinfônica de Porto Alegre também já esteja a pleno vapor, ainda que, compreensível e estrategicamente, distante dos olhares da mídia.

No delicado momento de transição governamental, em que mazelas e vícios administrativos facilmente se perpetuam ao mesmo tempo que virtuosos e legítimos anseios se postergam por, na melhor das hipóteses, ao menos mais quatro anos, tomo a liberdade de lhe falar franca e abertamente sobre a natureza e particularidades da gestão artística de corpos sinfônicos.

Pelas razões e circunstâncias abaixo, penso que as últimas coisas das quais a Ospa precisa, em nome da qualidade de sua programação e de seu progresso artístico, sejam mais um regente titular e outro maestro de carreira como seu diretor artístico.

Instituições públicas, dentre elas as culturais, são corpos volumosos cuja evolução é tremendamente limitada pela forte inércia de tradições caducas, por vezes blindadas à crítica e à atualização. É sabido, também, que em nosso sistema político a participação na esfera pública é muitas vezes não mais do que uma figura de linguagem exclusivamente presente na retórica eleitoral – já que, quando se trata de ocupar os cobiçados assentos de um governo, políticos eleitos costumam se voltar não à sociedade mas, invariavelmente, a quadros ociosos de sua base partidária de apoio – as honrosas exceções, neste caso, apenas confirmando a regra.

Ocorre, então, que, na pirâmide descendente de confiança decrescente das administrações direta e indireta, acabamos governados por afiliados e/ou afilhados políticos que jamais obteriam o consentimento social para o exercício das funções que desempenham. Não quero aqui, no entanto, falar de política, mas de suas nefastas implicações na gestão da coisa pública cultural, musical em geral e sinfônica em particular.

Qualquer músico que tenha tocado por algum tempo em orquestras sinfônicas públicas e, gosto de acreditar, ao menos a parte mais atenta de seus ouvintes percebe que uma orquestra qualificada toca melhor e mais motivada sob variadas batutas igualmente qualificadas do que quando submetida ao pulso tirânico, imutável e entediante de uma única. É claro que essa regra não vale para a escassa categoria dos regentes exponenciais, sonhos de consumo de qualquer orquestra – cujos honorários artísticos, no entanto, são comumente cotados muito além do cacife da grande maioria das orquestras, na qual a Ospa está incluída. Quando, todavia, uma orquestra de média magnitude logra, contrariando quaisquer expectativas, contratar para uma longa residência um desses salvadores, o resultado é, quase sempre, o seguinte.

O ás da batuta contratado como salvador logo se entedia da lida corriqueira com os mesmos músicos (a menos, é claro, que estivéssemos falando da Filarmônica de Viena ou similares). Como corolário, não tarda a descobrir (se já não sabia) que o melhor caminho para a superação deste quadro depressivo é o portão de embarque do aeroporto. Com efeito, regentes exponenciais são cidadãos do mundo, vivendo em hotéis e flertando com os melhores conjuntos do planeta a lhe disputar a agenda. Daí se tem que mesmo orquestras respeitáveis, como, por exemplo, a Filarmônica de Los Angeles sob Gustavo Dudamel, tendem a cair em abandono quando confiadas a salvadores notáveis.

Descartados, desse modo, os gênios, os prognósticos são ainda menos auspiciosos quando batutas públicas são delegadas apenas às mãos de um único regente suficientemente bom. Por uns poucos meses, o jovem, ambicioso, aplicado e, talvez, inocente maestro cativará orquestra e audiência até que, inevitavelmente, seu repertório se esgote – quando, então, também tomará, por pânico ou ambição, o caminho do aeroporto. Só que, não pertencendo ao concorrido jet set dos astros da batuta, terá sua arena de atuação limitada a orquestras geridas por pares pertencentes a sua rede de contatos, às quais se fará convidar mediante convites recíprocos para reger a orquestra que lhe foi confiada. Tal prática pode ser facilmente comprovada mediante o simples cruzamento entre a agenda do regente titular e as dos convidados de uma orquestra. Um exame mais cuidadoso das mesmas também revela que titulares itinerantes se valem amiúde de orquestras às quais atribuem menor prestígio (provincianas, como alguns as designam) como plataforma de treinamento para enfrentar repertórios mais exigentes diante de audiências mais cosmopolitas.

Nesse cenário pessimista, muitos já anteviram, como uma luz no fim do túnel, a possibilidade, jamais posta em prática no âmbito da OSPA, do não preenchimento, pela Secretaria de Cultura e pela Presidência da Fundação, de seu cargo de regente titular – ficando, neste caso, a qualidade da programação e o entusiasmo do conjunto assegurados mediante realização de uma temporada de concertos a cargo de regentes convidados para residências de curta duração – contratados, por sua vez, com os próprios recursos, geralmente volumosos, outrossim alocados à manutenção de titulares onerosos e de curta validade. Neste modelo, que já me resignei a considerar como utópico, repertórios, solistas e regentes convidados seriam fruto de um consenso viabilizado pela existência e atuação, de fato e de direito, de uma entidade colegiada com força deliberativa composta paritariamente pelo poder público, a orquestra e sua audiência. Gosto de pensar nisso como uma instância ideal do tão alardeado e nem sempre aplicado controle social.

Feito isso, restaria ainda ao secretário de Cultura e ao presidente da Fundação a complexa atribuição de designar para a Ospa um diretor artístico. Como amante e artífice das letras, talvez não lhe seja estranha uma passagem da formidável novela Árvores Abatidas – Uma Provocação (trad. Lya Luft, 1985), do grande Thomas Bernhard, em que o herói e alter-ego do autor cinicamente prevê, num banquete cultural em Viena, o inexorável declínio do prestígio de um incensado diretor artístico recém designado para um importante teatro em razão direta do desgaste inerente ao exercício do próprio cargo. Tivéssemos aqui mais tempo, traçaríamos sem dúvida deliciosos paralelos entre O Homem Amoroso e a novela de Bernhard.

Devo, no entanto, me ater, por hora, ao futuro da Ospa e, indo direto ao ponto, chamar a atenção para o fato de que a escolha de seu diretor artístico não deve de modo algum se restringir àqueles que sejam também maestros por ofício (empíricos) e/ou formação (diplomados). A tradição de que diretores artísticos de orquestras sejam, quase sempre, profissionais da batuta se deve exclusivamente ao fato de que, para atrair salvadores, tidos por muitos gestores como escassos, organizações sinfônicas recorram com freqüência ao duplo expediente de lhes permitir o acúmulo de vencimentos por ambos os cargos (de regente titular e de diretor artístico) – lhes garantindo, ao mesmo tempo, a centralização das decisões que lhe afetam a programação (uma moeda valiosíssima, como vimos acima).

Onde e como procurar, então, dentre os não maestros, aqueles com o perfil mais recomendável para exercer a direção artística de organizações sinfônicas? Evidentemente, entre os que mais conhecem música, isto é, músicos, compositores, musicólogos, críticos e, last but not least, ouvintes – desde que, é claro, comprometidos com a premissa anterior de gestão social da coisa artística pública. Pois, é bom lembrar, assim como a Osesp recorreu a Arthur Nestrovski para (espero) varrer o ranço autoritário de Neschling, penso que aqui Celso Loureiro Chaves (oxalá aceitasse!) ou Ney Fialkow, para citar uns poucos e apenas à guisa de exemplo, poderiam realizar, dada a magnitude de sua autoridade musical, um trabalho excelente e sem precedentes entre maestros diplomados ou empíricos à frente da gestão artística da Ospa.

Por isso, apelo para sua sensibilidade sem ser ingênuo em relação a forças políticas que se sobreponham eventualmente a seu cargo. Lembro, no entanto, que não raro esferas artísticas sirvam de contextos propícios ou mesmo ideais para movimentos em direção ao progresso social – como, por exemplo, na célebre instância em que o grande Kurt Masur chegou a ser cogitado para exercer o cargo de chanceler da Alemanha recém unificada.

Deste modo, se tiver a oportunidade e o apoio necessários para inovar em relação à gestão social e participativa da Ospa, dará um grande passo tanto no âmbito da cultura como no da política em nosso estado. Senão, terá sido para mim ainda assim um prazer debater e amadurecer ideias progressistas com alguém de sua estatura humanística.

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E a discussão foi para o Facebook…

Gostava mais quando as discussões eram aqui, mas o Facebook não quer saber e leva as coisas para lá mesmo. Sobre o post abaixo:

Francisco Marshall, historiador, coordenador do Studio Clio: A OSPA vive uma enorme crise. A comunidade, distanciada da orquestra, espera que sobreviva, pois tem 60 anos, o Érico disse aquilo, é um órgão público, etc, etc. A verdade, porém, é que está no fundo do poço, sem regente titular, desmotivad…a, com salários baixos, sem casa, com um projeto de teatro novo que poucos conhecem e quem conhece não gosta (cafona, horrível), sem associação de amigos, sem escola… que que falta? Tocar pagode? Daqui a pouco diremos no além-Mampituba: “Eu venho de uma cidade que teve uma orquestra sinfônica, e fechou.”

Elena Romanov, violinista da OSPA: Discordo completamente. A Nona de ontem foi emocionante!
Fiquei muito orgulhosa de fazer parte desta Nona… espero que a maioria dos colegas sente o mesmo orgulho. E Karabtchevsky continua sendo Karabtchevsky, mesmo gripado e criticado.

Francisco Marshall: Bueno, eu não ouvi, e vou por ti, Elena, quanto à música. Parabéns!
O que falo diz respeito à situação política, social e administrativa da OSPA, muito preocupante.

Elena Romanov: à situação política, social e administrativa da OSPA, muito preocupante…
Com isso não posso não concordar… infelizmente.

Milton Ribeiro: Elena, é estranho. Ouço a Nona há anos (claro!) e tomo por base o que tenho ouvido. Concedo que a má interpretação do Scherzo pode ser impressão, apesar de que não estava nada divertido, porém o Adágio estava muuuuito rápido. Não estava nad…a delicado, tenho convicção de que estava ruim e conheço n gravações onde ele aparece muito mais interessante e… lento. A concepção me pareceu antiquada.

Mas estou longe de me considerar o dono da verdade e posso estar erradíssimo, apesar do que dizem meus ouvidos. Minha opinião so tem validade absoluta dentro do perímetro do meu cérebro, dali pra fora…

Abraço.

Elena Romanov: Pois é, Milton. Todos nós gostamos algo mais e algo menos… isso é normal e humano. Mas a OSPA deu seu melhor ontem. Ao vivo. Numa acústica terrível. E estava de aniversário.
Merecemos um Parabéns sem as criticas 🙂

Milton Ribeiro: Elena, eu acho que OSPA merece todos os parabéns e mais 60 anos de vida. O que fiz foi uma crítica a uma interpretação. Nunca seria estúpido (pois é esta a palavra) de desconsiderar a instituição. Ao contrário, sinto enormes saudades dos te…mpos de Komlós, David Machado e Eleazar. Sinto saudades, sobretudo, de REPERTÓRIOS MAIS AMPLOS, da música moderna, dos compositores brasileiros, da fuga da atual zona de conforto e estou disposto a lutar pela melhoria da situação. Sinto saudades dos tempos em que a orquestra me parecia mais disposta a desafios e que era a melhor do país. Sobre o esforço de vcs: minha nossa, sei que deve ser imenso. Vcs são músicos que ensaiam e tocam em locais de acústica lastimável. Mas sou público ouvinte e essas pessoas têm a mania de cobrar qualidade mesmo que as circunstâncias sejam precárias.

Sim, temos discordâncias sobre a Nona. Sou um ouvinte de longa vivência (deves conhecer aquele blog de múisca erudita que mantenho, não?) e tu és uma musicista. É claro que tua opinião é mais abalizada do que a minha e que tu estás sendo bondosa ao me poupar de explicações técnicas. O que desejo deixar claro é frequento a OSPA desde criança, adoro a orquestra e tanto sinto-a como minha que fico envergonhado pela “situação política, social e administrativa” dela.

Agora há colegas teus que têm reações as mais estranhas: enquanto um diz que o Scherzo da Nona é sério — o que é uma piada involuntária, me faz imaginar Beethoven escrevendo uma peça bem humorada que fosse inteiramente despretensiosa (fato impossível) e me faz pensar em Scherzi bem mais sérios como os de Bruckner –, houve outro que me fez um sinal de que gostaria de vomitar e isto em pleno concerto! (não diria seu nome nem sob tortura, OK?). Ou seja, há opiniões e opiniões, mesmo dentro da orquestra.

Abraço.

Claudia de Ávila Antonini: Acho vocês músicos uns heróis.
Não sei onde encontram motivação tendo que ouvir antes do concerto notícias sobre pagamentos atrasados e estando sem casa própria, sem local adequado para ensaios e sem verba para a manutenção dos instrumentos… e trajes. Haja magia…
E que vergonha isso para nós portoalegrenses!
Sobre o ex-titular, desculpe mas me é antipático, não consigo não vê-lo como um turista pretensioso que queria ser o Neschling do Sul mas só se não desse muito trabalho…
Espero que os novos ares mudem estes rumos em breve e que sejam vocês músicos a cortar a fita de inauguração do novo teatro.

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Entre promessas e constrangimentos, OSPA é homenageada e faz mau concerto

Durante o concerto comemorativo aos 60 anos da Orquestra Sinfônica de Porto Alegre (OSPA), nesta terça-feira, ouviu-se não apenas a 9ª Sinfonia de Beethoven, mas vários discursos.

Quando o prefeito de Porto Alegre, José Fortunati, declarou a OSPA como “Bem Cultural de Natureza Imaterial” da cidade, houve certa reação de uma plateia que conhece a história recente da Orquestra. Ouviram-se murmúrios, para dizer o mínimo. A Ospa está há anos sem sede. Após ter sido rejeitado por algumas associações de moradores — houve o célebre caso dos Histéricos da Gonçalo de Carvalho que desejam proteger o ecossistema da rua… — , o projeto da sede, hoje, só se materializa no papel e em tapumes no Parque Maurício Sirotsky. Como se não bastasse, a verba indenizatória para manutenção de instrumentos e indumentária dos músicos está defasada, o regente titular está demissionário, o local de ensaios é totalmente inadequado – um armazém no cais do porto – e o Conservatório Pablo Komlós está desativado. Sob esta perspectiva, o ato de registrar a OSPA como Bem Imaterial foi ouvido como uma fina ironia involutária, porque “bens materiais” é tudo que lhe falta.

Porém, a reação maior veio quando o Secretário de Cultura do Estado, César Prestes, discursou, representando o Governo do Estado. Ao referir-se a uma suposta boa convivência da Secretaria com a Orquestra, Prestes ouviu algumas risadas em tom de escárnio. Apesar do secretário ignorá-las, o constrangimento foi geral. Depois, foram chamados para discursar o deputado estadual Adão Villaverde (PT). Ele tentou tranquilizar a plateia, garantindo que os recursos para a construção do novo teatro estão na previsão do futuro governador Tarso Genro e da bancada federal gaúcha para o próximo ano. Porém, o presidente da Fundação Orquestra Sinfônica de Porto Alegre, Ivo Nesralla, após citar a presença do futuro Secretário da Cultura, Luiz Antônio de Assis Brasil, do ex-governador Olivio Dutra, do deputado Raul Pont (PT), do secretário municipal da Cultura, Sergius Gonzaga, e de outras autoridades, fez retornar o clima pesado ao dar a boa notícia de que finalmente as verbas para manutenção dos instrumentos e da indumentária seria reajustada e paga. Só que o bom anúncio foi feito com tal falta de entusiasmo que os murmúrios voltaram à plateia. Só foram interrompidos por Beethoven, regido por Isaac Karabtchevsky em seu último concerto e que recebeu uma interpretação apenas correta, bem abaixo da capacidade dos músicos.

Se no primeiro movimento a orquestra somente tratou de bater o ponto, um Molto Vivace (Scherzo) duro e estranhamente militar deu o pontapé inicial para a  tragédia. Há que ter humor para tocá-lo e parecia que não havia muito disponível em estoque.  Obs.: Scherzo significa “brincadeira”. O Adagio molto e cantabile veio em inusitada velocidade, como se Karabtchevsky quisesse jantar logo. Desde que Karl Böhm passou a tocar este movimento em 18 minutos lá pelos anos 70 — contra os 14 de Karajan, por exemplo — que a concepção mais rápida do Adágio da Nona ficou abalada. Hoje, poucos o interpretam da forma escandalosamente açodada que ouvimos ontem e conheço muitas gravações dele, pois é meu movimento preferido da Nona. O Coral final esteve realmente perfeito, mas foi só. Falando com franqueza, acho que o internacional Karabtchevsky não tem mais ambiente e já vai tarde.

Por falar em tarde, hoje à tarde, a Assembleia Legislativa do Estado homenageou a OSPA por seus 60 anos. No Plenário da Assembleia Legislativa, ouviram-se novas promessas de apoio à instituição. Fala-se em recursos federais de R$ 30 milhões para o início das obras, mas não há confirmação de valores.

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John Zorn e grupo no Festival de Marciac, França, 2010

Marc Ribot, guitarra
Jamie Saft, órgão
Trevor Dunn, baixo
Kenny Wollesen, vibrafone
Joey Baron, bateria
Cyro Baptista, percussão

Gosto muito de John Zorn. Simples assim.

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Dmitri Shostakovich (VII) – Os Anos Finais e a Fixação na Morte

As obras do período final da vida de Shostakovich foram compostas sobre um e apenas um assunto: a morte. Ele parecia inteiramente fixado no tema e não é exagero nenhum dizer-se que todas as obras, a partir do opus que comento abaixo, são fundamentalmente sobre a morte. E notem que algumas sinfonias e outras obras anteriores também o eram. O compositor sofreu um ataque cardíaco em 1966, mas desde antes já sofria de uma doença degenerativa que ainda hoje é tema de discussões médicas. A propósito, no dia 27 de setembro de 2006, dois dias após o centenário de seu nascimento, haveria em Londres um seminário sobre sua obra dentro do qual, entre eventos mais agradáveis, médicos se reuniriam com o público a fim de revelar new medical evidences. Ou seja, ninguém sabe exatamente do que sofria Shostakovich. O que se sabe é que, no final dos anos 50, o compositor deixara o piano por dores e descontrole dos movimentos de sua mão direita. Sabe-se mais: o grande Robert Craft, ao conhecer Shostakovich em 1962, disse que “ele era o mais tímido e nervoso ser humano que jamais conhecera”, que “passava todo o tempo mexendo com as mãos e ajeitando os óculos” e que “às vezes, parecia feliz para, no minuto seguinte, estar pronto para chorar”. Rostropovich declarou que, em seus anos finais, Shostakovich apenas desejava “a presença de uma pessoa de quem gostasse, sentada com ele em silêncio, em seu quarto”. Enquanto a doença e a angústia progrediam, Shostakovich era adulado e aclamado em todo o mundo. Não apenas Craft foi conhecê-lo, mas também Benjamim Britten ia visitá-lo e acabaram tão amigos que a Sinfonia Nº 14 é muito influenciada por Britten.

Estes paradoxos entre doença acrescida de angústia e homenagens de onde surgiam novas amizades permaneceram até final da vida de um compositor que seguia produzindo música da melhor qualidade, porém, repito, inteiramente voltada para a morte. A partir da Sinfonia Nº 11, o que temos é a maior e melhor produção de música lúgubre, com explosões de alegria e sarcasmo aqui e ali. Dentro deste espírito, seguem as obras-primas.

Sinfonia Nº 14, Op. 135 (1969)

A Sinfonia Nº 14 — espécie de ciclo de canções — foi dedicada a Britten, que a estreou em 1970 na Inglaterra. É a menos casual das dedicatórias. Seu formato e sonoridade é semelhante à Serenata para Tenor, Trompa e Cordas, Op. 31, e à Les Illuminations para tenor e orquestra de cordas, Op. 18, ambas do compositor inglês. Os dois eram amigos pessoais; conheceram-se em Londres em 1960, e Britten, depois disto, fez várias visitas à URSS. Se o formato musical vem de Britten, o espírito da música é inteiramente de Shostakovich, que se utiliza de poemas de Lorca, Brentano, Apollinaire, Küchelbecker e Rilke, sempre sobre o mesmo assunto: a morte. O ciclo, escrito para soprano, baixo, percussão e cordas, não deixa a margem à consolação, é música de tristeza sem esperança. Cada canção tem personalidade própria, indo do sombrio e elegíaco em A la Santé, An Delvig e A Morte do Poeta, ao macabro na sensacional Malagueña, ao amargo em Les Attentives, ao grotesco em Réponse des Cosaques Zaporogues e à evocação dramática de Loreley. É uma música que trabalha para a poesia, chegando, por vezes, a casar-se com ela sílaba por sílaba para torná-la mais expressiva. Há uma versão da sinfonia no idioma original de cada poema, mas sempre a ouvi em russo. Então, já que não entendo esta língua, tenho que ouvi-la ao mesmo tempo em que leio uma tradução dos poemas. Posso dizer que a sinfonia torna-se apenas triste se estiver desacompanhada da compreensão dos poemas – pecado que cometi por anos! Ela perde sentido se não temos consciência de seu conteúdo autenticamente fúnebre. Além do mais, os poemas são notáveis. Não está entre minhas obras preferidas, porém são indiscutíveis seus méritos musicais e sua extrema sinceridade. Me entusiasmam especialmente a Malagueña, feita sobre poema de Lorca e a estranha Conclusão (Schluss-Stück) de Rilke, que é brevíssima, sardônica e — puxa vida — muito, mas muito final.

Quarteto Nº 13, Op. 138 (1970)

Um pouco menos funéreo que a Sinfonia Nº 14, este quarteto foi escrito nos intervalos do tratamento ortopédico que conseguiu devolver-lhe do parte do movimento das mãos e antes do segundo ataque cardíaco. O décimo-terceiro quarteto é um longo e triste adágio de cerca de vinte minutos. O quarteto foi dedicado ao violista Vadim Borisovsky, do Quarteto Beethoven, e a viola não somente abre o quarteto como é seu instrumento principal. Trata-se de um belo quarteto cuja tranquilidade só é quebrada por um pequeno scherzando estranhamente aparentado do bebop (sim, isso mesmo).

Sinfonia Nº 15, Op. 141 (1971)

Sem dúvida, a Sinfonia Nº 15 é uma de minhas preferidas no gênero. É difícil estabelecer um conteúdo programático para ela. Trata-se de uma música muito viva, com colorido orquestral atraente, temas facilmente assimiláveis e nada triviais, clímax e pausas meditativas que empolgam e mantém o ouvinte permanentemente atento. E com os contrastes inesperados característicos de Shostakovich. Parece um roteiro de Shakespeare passado à música, trazendo o trágico ao festivo, empurrando a reflexão para junto da zombaria. Bom, já viram que sou um apaixonado desta sinfonia. O primeiro movimento (Allegretto) é uma curiosidade por manter sempre ativo o motivo da cavalgada da abertura Guilherme Tell, de Rossini, e pela participação incessante da percussão. O segundo movimento (Adagio) é circunspecto. Os metais trazem uma melodia sombria, para depois o violoncelo completá-la com um solo dilacerante, a cujas cores será acrescida, mais adiante, a ressonância do contrabaixo. Um novo Alegretto surge repentinamente do Adagio, retomando o clima do primeiro movimento, mas desta vez somos levados pelos solos do fagote, violino, clarinete e flautim. O movimento final, outro adagio, é enigmático. A simbologia está presente com a apresentação de imediato do Prenúncio da Morte, composto por Wagner para a Tetralogia do Anel. O ouvinte wagneriano fica desconcertado ao escutar de imediato esta música conhecida, parece tratar-se de um equívoco, de um erro de partitura. Ao pesado motivo de Wagner são contrapostos temas executados por setores “mais leves” da orquestra, porém, a todo instante, o sinistro aviso retorna e, mais adiante, os metais refletirão angustiada exasperação… A sinfonia esvai-se em delicados sons de percussão, deixando um ponto de interrogação no ar. É desconcertante. O significado do Prenúncio da Morte é óbvio, porém, o que significam a percussão, a orquestração e as melodias jocosas que o cercam? Uma simples experiência sinfônica? Impossível. O desejo de felicidade de alguém cuja vida se encerra? Ou, voltando a Shakespeare, que a vida é uma história contada por um idiota, cheia de som e fúria, que nada significa (*)? Porém, a significação, a intenção exata de uma obra instrumental é tão importante? Ou seria mais inteligente fazer como fez Shostakovich, levando-nos bem próximo ao irrespondível para nos abandonar por lá?

(*) Macbeth, William Shakespeare.

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Quero ser interessante

Este é o melhor título que encontrei para a apresentação de hoje à noite da Orquesta Típica Fernández Fierro. É um grupo trovejante. O ritmo e a formação são para o tango, mas são cheios de riffs mais ou menos copiados de Stravinsky e Bartók, acrescidos de algumas citações de Piazzolla. O cantor é engraçadinho e, coitado, não canta nada. Tudo isso ao custo de R$ 40,00. A única coisa boa é que o show é curto, durando apenas uns 50 minutos. Aproximadamente R$ 1,00 por minuto de tortura.

A postura é a do rock n`roll, com muita gente séria, cabeluda e de óculos escuros. Muita pose já vista: um cantor de costas para a plateia, alguns rostos expressando sofrimento nos agressivos “corais de bandoneóns” e outros um ar descompromissado. A sonoridade, normalmente agradável nos grupos com esta formação, é toldada por alguma desafinação e bagunça.

Para ser interessante, há que fazer mais do que crivar a própria música de grifes. Olha, pode-se apenas tocar bem e a gente já fica feliz, mas não era o caso. No caso da OTFF, os caras escrevem péssima música e ainda erram. Difícil achar algo para elogiar.

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